Por:Genaro Flores
En el año 1927 el sacerdote salesiano Carlos Crespi, nacido en Legnano-Italia en 1891, llega a la Amazonía ecuatoriana con el fin de mantener el culto divino y fomentar la devoción a María Auxiliadora entre las comunidades ancestrales de la selva.
Presuroso supo ganarse la confianza de
los Shuar, cuyo territorio tradicional se encuentra “en las provincias de Morona Santiago, Zamora Chinchipe y en menor
número en las provincias de Napo, Orellana y Sucumbíos.”
Esta familiaridad entre los Shuars y el padre
Crespi permitió que le entregaran, durante muchos años, cuantiosas piezas
arqueológicas, que según los investigadores se remontan a tiempos de una
civilización desconocida
Muchos de estos vestigios eran de oro o
laminados en oro, magníficamente tallados con antiguos jeroglíficos, los
cuales, según los especialistas, pertenecen a la cultura Sumeria de la Baja
Mesopotamia y que no han podido ser descifrados hasta el día de hoy.
Crespi, que también era investigador y
científico, estaba persuadido de que las láminas y placas de oro que él poseía
y había estudiado, a través de décadas, comprobaban que el mundo antiguo del
Oriente Medio, anterior al Diluvio Universal, estaba en contacto con las
civilizaciones desarrolladas en el Nuevo Mundo (Continente Americano).
A principios de la década de los 60s
Crespi logra la autorización del Vaticano para instalar un pequeño museo (La
Biblioteca Metálica) en la ciudad de Cuenca, sede de su misión salesiana. Dos
años después, en 1962, un incendio ocasiona que parte de los hallazgos
desaparezcan para siempre.
En 1969 un investigador
húngaro-argentino llamado Juan Moricz realiza una incursión a la Cueva de los
Tayos, ubicada en la provincia de Morona Santiago. Como resultado de esta
expedición se encontraron un sinnúmero de láminas de oro talladas con extrañas
inscripciones, objetos de oro, plata y bronce, todas éstas ajenas a las
culturas ancestrales del oriente ecuatoriano.
Cuenta la leyenda que fue Carlos
Crespi quien proporcionó a Moricz los detalles de dónde y cómo acceder a la
cueva y sobretodo la ubicación exacta del tesoro en ésta escondido.
En 1972, el escritor e investigador
sueco de fenómenos OVNI, Erick Von Daniken, da a conocer los descubrimientos de
Juan Moricz, a través de su pretencioso y fantasioso libro “El Oro de los
Dioses”, donde describe la investigación espeleológica antes mencionada pero
muy apartada de la realidad e importancia histórica de la misma. Inclusive en
su libro asegura que él fue parte de la expedición, hecho que no es real.
La magnífica interpretación literaria,
relatada por Von Danicken, despertó en
aventureros y cazadores de tesoros toda la curiosidad del caso. En 1976 llega
al Ecuador la expedición encabezada por el investigador escocés Stanley Hall,
acompañado por nada menos que el astronauta Neil Armstrong, primer hombre que
pisó la luna en 1969.
Cuenta la historia que el astronauta
norteamericano quedó tan impresionado con la experiencia dentro de la caverna
(3 días), sus gigantescas bóvedas que sugieren haber sido construidas por la
mano humana y los tesoros ahí depositados, buscados y no necesariamente encontrados,
que comparó la aventura con el mismísimo viaje al satélite natural de la
Tierra.
*Fotografía de Neil Armstrong y Stanley Hall en
su paso por Ecuador y la correspondiente expedición a la Cueva de los Tayos en
1976
En este episodio de 1976 también
intervino el espeleólogo argentino Julio Goyen Aguado, amigo cercano de Juan
Moricz, el cual había sido explícitamente informado por su camarada de la
ubicación del tesoro y sus peripecias dentro de la cueva.
Aquí nuevamente la realidad se mezcla
con el mito y algunas fuentes indican que la verdadera misión de Goyen era
despistar a Hall e impedir que los tesoros sean reclamados por el escocés.
Otros relatos afirman que la
expedición Hall-Armstrong sacó una gran cantidad de cajas, cargadas con objetos
no identificados, por medio de helicópteros fuera de la zona de la cueva y
posteriormente fueron llevados ilegalmente al extranjero.
A finales de la década de los 70s, del
siglo XX, el padre Carlo Crespi realiza una confesión a Gabriel D´Annunzio,
investigadorr italo-brasilero interesado en la colección e historia del
salesiano. Crespi le revela a D´Annunzio que las reliquias arqueológicas que
los Shuar le habían proporcionado desde antaño provenían de una pirámide
ubicada en el interior de la Cueva de los Tayos y debido al interés que esta
crónica había despertado en cazadores de tesoros extranjeros y locales había
ordenado a los indígenas que oculten la pirámide con tierra para que nunca más
sea encontrada por nadie.
A principios del año 1982 el Padre
Crespi fallece en Cuenca tras una prolongada enfermedad. Posterior a su muerte
la invalorable recopilación y su pequeño museo quedaron olvidados en el
imaginario popular.
Existen muchas teorías de qué fue lo
que sucedió con esta colección. Algunas aseguran que las piezas se encuentran
en el Vaticano, otras que el Banco Central de Ecuador las conserva, también que
las valiosísimas láminas de oro se encontraban abandonadas en una terraza de
alguna casa del Centro Histórico de Quito o Cuenca. En fin, desaparecieron y
nadie sabe dónde están. Los únicos testigos de su existencia son las
fotografías, entrevistas y relatos, realizados a lo largo del tiempo en que
esta antología era una realidad palpable y abierta a la curiosidad e
investigación de quién pusiera una gota de interés. Ahora es solo un increíble
relato de la visita de culturas antediluvianas a nuestro territorio y sus
tesoros conservados en las profundidades de la tierra.
Queda pendiente tratar de recuperar
estos artefactos, del extranjero o de quienes se apoderaron internamente y
completar las investigaciones de un capítulo importantísimo, aunque olvidado y
desconocido para la humanidad y sobre todo para nuestro país.
Cambiar la historia y sobretodo contar
una nueva historia es un reto difícil pero no imposible. La verdad debe prevalecer
al dogma, al tradicionalismo y a la ignorancia.
Links de interés:
- http://youtu.be/Dl32MULClqY
- http://youtu.be/6mRFkf6JXUw
- http://youtu.be/_hSMy_AcQ3I
- http://youtu.be/uSNe8kqqF9Q
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2 comentarios
Write comentariosHay testigos de que Neil Armstrong se llevó unas cajas muy pesadas en helicópteros de la Cueva de los Tauos
Replyhttps://www.youtube.com/watch?v=isIpa1RN1uE
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