Vencer el miedo: mi experiencia con el dinero electrónico


Hace un año leí una nota de la BBC en la que planteaban cómo Dinamarca pretende eliminar el dinero físico mediante el fortalecimiento del dinero electrónico,  y citaban el caso de Ecuador como pionero a nivel mundial en insertar esta herramienta en beneficio de la inclusión. En ese momento me dediqué a buscar más información, y cuando me di cuenta, ya me había registrado como usuario ¡desde mi celular! Fue el primer paso para descubrir un nuevo mecanismo que en primera instancia me generó una serie de dudas. Hoy lo veo como un avance necesario para manejar mis finanzas y les voy a contar porqué.
Todos los ecuatorianos tenemos un celular, lo manejamos más que las cuentas bancarias o las tarjetas de crédito o débito,  hacer nuestras transacciones por este medio no solo es innovador sino que me pareció hasta lo más lógico, porque si hay algo que siempre está a la mano es el teléfono.  Investigando un poco más pude responder todas las preguntas que fueron  surgiendo: ¿Dónde pagar? ¿Va a tener mi dinero respaldo?  ¿Es seguro?  Decidí hacer una primera carga e intentar.  En mi primera compra me puse nervioso al igual que quien me atendió en un supermercado en el norte de Quito,  sin embargo la transacción fue sencilla. Tomé mi celular y en cuestión de minutos había cancelado mi consumo, sin sacar mi efectivo o mi tarjeta de crédito. Con un par de transacciones más sentí confianza y decidí cargar más dinero. Así empezaron a cambiar de a poco mis hábitos económicos, porque eso es el dinero electrónico, parte de un cambio que se ha implementado a nuestra economía.
En estos días he escuchado varios comentarios negativos, que entiendo son normales por el desconocimiento y porque en muchos casos quienes los hacen se han opuesto siempre a todo, negándose a conocer los beneficios de aquello que rechazan: la devolución del IVA por consumos es un ejemplo.  También está el ahorro de tiempo y de trámites burocráticos. Para abrir la cuenta no hice filas ni se me pidió un monto mínimo y ahora que la tengo los costos por transacción son casi imperceptibles comparados con transacciones en los bancos privados.
Sé que  puede ser confuso y hasta difícil en un inicio pero como hemos visto con todas las transformaciones e innovaciones tecnológicas,  a largo plazo y con la incorporación cada vez de más usuarios va a resultar beneficioso para todos.  Recuerdo como nos dio miedo que el internet reemplazara a la tv o  la radio, y luego constatamos de qué manera nos brindó nuevas oportunidades y hoy por hoy es nuestra herramienta principal de comunicación. Tengo la certeza de que sucederá lo mismo con el dinero electrónico, se convertirá en herramienta indispensable de todos los ecuatorianos cuando valoremos sus beneficios y nos familiaricemos más con el sistema.
Creo que es el momento de dar un voto de confianza a nuestro país, creer que podemos desarrollarnos si todos ponemos el hombro y apoyamos iniciativas que surgen desde nosotros mismos, que manejadas correctamente representan una oportunidad de desarrollo.
Arturo Paz