Vamos varias semanas discutiendo el tema del IESS y las
pensiones de los jubilados, este se ha convertido en un tema que ocupa la
primera plana de los diarios. “Periodistas” con micrófono en mano abordan a
cuanto adulto mayor camina por las aceras, para preguntarle su opinión sobre el
supuesto riesgo que existe para los jubilados de perder sus pensiones o que
estas se reduzcan. La respuesta entonces, resulta obvia; rostros de susto, la
voz quebradiza e incluso algunas lágrimas, es lo que algunos medios obtienen
para ser la cereza del pastel de su nota del día.
Personalmente, me asusta la perversión con la que este tema
se trata y se difunde entre la sociedad, que sin miramiento aterroriza a los
jubilados, igual que lo hacían generaciones atrás, algunos padres con el cuento
de “ya viene el cuco” a los niños, ahora es para los jubilados “se viene la
rebaja de pensiones”.
En medio de esta guerra de elucubraciones, que en su afán de
dar un golpe al gobierno, los medios y oposición aterrorizan a la población vaticinando
una hipotética quiebra del IESS; mientras que los ciudadanos comunes y
corrientes somos privados de tener con claridad y sensatez la información real
de lo que sucede con la seguridad social del país.
Pero vamos por partes, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad
Social maneja diversos fondos para
atender a sus afiliados: el de prestación de salud, a través del cual los
afiliados se atienden por enfermedades o accidentes; el seguro social campesino
y el de pensiones, que garantiza el pago de jubilación a sus aportantes. El
aporte del 40%, del que tanto se ha hablado en estos días, hace referencia a la
supuesta contribución obligatoria que el Gobierno Central debe hacer a este último fondo específicamente.
Resulta indispensable que todos los afiliados al IESS conozcan
que las reformas planteadas sobre este aporte, no plantea ninguna incidencia o
modificación en el fondo destinado a los servicios de salud que se brindan en
las entidades médicas del IESS, ni en ninguno de los beneficios que los
habitantes del sector rural y campesino reciben al estar afiliados.
Partiendo de esta aclaración, otro dato que es importante
entender es como están compuestas las aportaciones que todos los afiliados
hacemos mensualmente al seguro social. Para el 2014 el número de afiliados
estaba en 3.100.000 de estos, 459.690 son jubilados que reciben su pensión en
base a lo aportado en su etapa económicamente productiva; con pensiones
garantizadas gracias a un sistema de solidaridad entre quienes aportan al
sistema de seguridad social y quienes cobran sus pensiones.
Estos datos muestran que el IESS cuenta con los recursos
suficientes para garantizar el pago de pensiones, con la contribución de ese
85% de afiliados que aportan cada mes.
Como mencione antes, el IESS resulta un “monstro” en cuanto a la cantidad de
servicios que presta, pero también en cuanto a la cantidad de afiliados que
posee y a los fondos que maneja; es así que la contribución de un afiliado
puede servir para financiar préstamos quirografarios, hipotecarios y el fondo
de pensiones. En este sentido, tratar de asustar a la población de la tercera
edad con el cuento de que sus pensiones serán reducidas o no serán pagadas es
sin duda alguna una perversión.
Días atrás como parte de este “ánimo” por buscar la
espectacularización de la noticia y de confundir a la ciudadanía con
informaciones mezcladas y tergiversadas, se informaba que el entonces candidato
Rafael Correa en el 2006 firmó un acuerdo donde entre otras cosas se
comprometía a garantizar el pago de pensiones y respetar la autonomía del IESS,
dicho acuerdo no solamente es de justicia, sino que a mi juicio ninguno de esos
puntos se ha incumplido.
Lo que sí resulta importante sostener y que todos tengamos
claro es que una cosa es ser una entidad autónoma y otra dejar de pertenecer al
Estado. Debe estar claro para todos los ecuatorianos que el IESS es parte del
Estado Ecuatoriano (no del Gobierno Central) y que como tal debe funcionar como
un ente público (es decir con el bien común como objetivo último de su
accionar) y defender esta característica en contra de toda visión o pretensión
privatizadora, que fueron los orígenes de ciertas leyes en el pasado.
No por esto queda de lado la preocupación de que pasará a
futuro con los que ahora somos aportantes, pero en 10, 15, 20 años, seremos
jubilados. Es ahí donde empieza la verdadera importancia de hacer reformas a la
Ley de Seguridad Social para que por un lado se aproveche el bono demográfico
actual y por otro se fortalezca y garantice la sostenibilidad a largo plazo del
IESS.
De acuerdo con los datos del INEC actualmente la mayoría de
la población está entre cero y 30 años. Lo que significa que un número
importante de la población ya inició su vida productiva, y por tanto sus
aportaciones al sistema de seguridad social del IESS.
Estos datos indican que para el 2030, un afiliado que hoy tiene 30 años, estará en
los 45 años y por tanto seguirá siendo un aportante activo al IESS. Para ese
año las predicciones del INEC indican que la mayoría de la población estará en
edades productivas, esto es lo que en palabras simples significa el bono
demográfico, que es lo que el IESS debe aprovechar en estos momentos, como se
mencionó anteriormente,
Es para el 2050 que el bono demográfico comienza a reducir y
por tanto para ese momento el IESS debe haber efectuado ya todas las reformas y
ajustes necesarios que permitan su sostenibilidad.
Entonces resulta evidente que todas las reformas y ajustes
necesarios deberán hacerse tomando en cuenta los cambios demográficos de los próximos
35 años, para que en el 2050 se garantice que las pensiones de quienes hoy
tienen 30, 35, 40 años no se vean afectadas. De ahí que es vital que en los
ajustes que se hagan a la Ley debe quedar establecido con total claridad y con
todos los reglamentos definidos, que el Gobierno tiene la obligatoriedad de
garantizar el pago de estas pensiones sin importar cuanto debe aportar, en
determinado momento, en caso de ser necesario.
Resulta claro entonces, que somos los aportantes activos
quienes debemos elevar nuestra voz para exigir que un tema de trascendental
importancia no sea manipulado ni usado como arma en la guerra política y
mediática. El debate de las reformas debe hacerse con seriedad y
responsabilidad, pensando en los beneficios para la ciudadanía y no en como
esto puede afectar o beneficiar a un sector u otro.
Entonces, tampoco permitamos que nuestros jubilados, un
segmento vulnerable de la población, sean usados y manipulados bajo el discurso
del susto de la rebaja de sus pensiones. Protejamos sus estabilidad emocional y
exijamos que el debate de las reformas se de con seriedad y responsabilidad,
tanto en la Asamblea como en cada set y sala de redacción. Solo así
contribuiremos a hacer de este, un país mejor.
Claudia Armendáriz
Claudia Armendáriz
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5 comentarios
Write comentariossiendo asi porque no hacen lo mismo con el ISSFA y el ISPOL
ReplyQUIEREN TAPAR ELÑ SOL CON DEDO, OSEZA AQUE EL EX PRESIDENTE DEL IESS, EC. RAMIRO GONZALEZ ESTA EQUIVOCADO, CUANDO DICE QUE ESTA FINANCIADO PARA 12 AÑOS NADA MAS..
ReplyNo les creo nada.......no soy borrego....
ReplyEs fácil tomar datos y realizar un supuesto análisis, este artículo hace lo que al principio del mismo se queja que hace la prensa. Para poder opinar objetivamente sobre este tema se necesita un estudio actuarial actualizado realizado técnica e independientemente.
ReplyEl artículo me sirvió para entender algunas cosas que no sabía. Estimado Yops si es tan fácil tomar datos y realizar un supuesto análisis deberías tomar como tus palabras lo dicen "un estudio actuarial actualizado realizado tecnica e independiente" y exponer tus conclusiones la respecto para que puedas refutar el artículo.
ReplyPD. Si conoces de algún estudio actuarial actualizado técnica e independientemente sería bueno que lo publiques para poder conocer más del tema
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