Binomios: La fórmula que suma o resta adhesiones



En el lenguaje político, un binomio es la persona que acompaña a la máxima jerarquía política en un país. Es el segundo abordo y a quien el primer mandatario encarga funciones específicas sobre gestión y administración del Estado. En caso de ausencia del presidente, su binomio es quien ejerce las principales funciones o quien heredará su cargo si ésta es permanente.

En el Ecuador, desde el retorno a la democracia hemos tenido cuatro vicepresidentes que han debido asumir la presidencia de la república. El primero, Osvaldo Hurtado (1981) luego de la muerte de Jaime Roldós Aguilera; con el derrocamiento de Abdalá Bucaram  (1997), la vicepresidenta Rosalía Arteaga ascendió únicamente dos días al poder, ya que fue reemplazada por el interino Fabián Alarcón en un acto inconstitucional. El tercer vicepresidente en llegar a la primera dignidad fue Gustavo Noboa (2000), tras el derrocamiento de Jamil Mahuad, en medio de la peor crisis económica que el país vivió a fines del siglo XX. Finalmente Alfredo Palacio fue posicionado por la entonces presidenta del Congreso Nacional Cinthya Viteri, al derrocar a Lucio Gutiérrez en 2005.

Durante los años de inestabilidad política en el Ecuador, la acción electoral se centraba en el binomio presidencial, puesto que era quien debía encargarse de las riendas del país en un pronóstico casi seguro de golpe de Estado. La debilidad de la institucionalidad jurídica y constitucional provocó que en menos de diez años, el Ecuador tuviera 7 presidentes.

Actualmente el país se enfrenta a un desafío electoral que determina un proceso de coaliciones sociales, cálculos políticos y estrategias mediáticas que pretenden posicionar a una variada lista de binomios presidenciales. Este artículo pretende hacer una revisión breve de quiénes son los vicepresidenciables con más oportunidades para las próximas elecciones de febrero del 2017 y cómo suman o restan posibilidades a los candidatos principales.

Del desacuerdo a la confrontación
El candidato de la banca Guillermo Lasso ha sostenido una campaña política que inició luego de su fracaso en los comicios del 2013, cuando Rafael Correa obtuvo el triunfo en primera vuelta electoral.  Hoy, tras amplias deliberaciones presenta a Andrés Páez como su fórmula para el cambio. Páez, un ibarreño de 50 años, en sus primeros momentos militó en la Izquierda Democrática, partido del que fue presidente antes de su desaparición en el 2013.

Páez ha sido un personaje muy visible y polémico en los últimos años, tras la consigna de la rebeldía lideró varias acciones colectivas para desestabilizar el régimen democrático y tratar de derrocar al actual presidente Rafael Correa, sin resultados favorables para sus intereses. Su discurso se ha configurado desde la postura de la fiscalización, sin embargo no ha presentado propuestas concretas que ratifiquen sus denuncias ante los órganos de control. Fue el primer político en anunciar su precandidatura en julio de este año, tras desmarcarse del partido CREO con el que obtuvo una curul en la Asamblea Nacional, lo que provocó varias tensiones con el candidato Lasso y su partido.

Sus postura a favor de Chevron Texaco y su imposibilidad de justificar un depósito de casi un millón de dólares en una cuenta personal, han sido los principales escándalos que ha protagonizado. Es evidente que para el banquero Guillermo Lasso, la proclama de Páez como su binomio recae en la necesidad de ganar votos especialmente en la Sierra ecuatoriana y afianzar un discurso de confrontación ante el modelo político actual, aunque a éste personalmente no le agrade.

Si no sabe de economía, búsquese un maquillista
Una de las principales discusiones en el ámbito electoral recae en el tema económico y es allí justamente donde se hacen la mayoría de promesas de campaña. Para Cinthya Viteri el discurso ha sido proyectar una serie de anuncios como el alza de salarios, la eliminación de impuestos y la estabilidad laboral. Sin embargo, no ha podido defender cómo lo va a ejecutar. En los últimos días anunció a su compañero de fórmula, un economista quiteño de 57 años que ha sido constantemente crítico a la gestión económica del gobierno.  Mauricio Pozo, ex ministro de finanzas de Lucio Gutiérrez (2003) fue conocido por ser el precursor de la carta de intención con el FMI que determinó toda la política económica del Ecuador bajo la dirección de los Estados Unidos. Esto provocó la separación del movimiento indígena que apoyaba a Gutiérrez en un inicio de su mandato y la ejecución de políticas poco populares como el alza de combustibles, el congelamiento de los salarios y la eliminación de préstamos del Instituto de Seguridad Social, entre otras acciones que impulsaron un golpe de Estado en abril del 2005. Evidentemente todo lo contrario a lo que hoy propone la candidata socialcristiana.

La cercanía de Pozo con la banca ecuatoriana y las cámaras de comercio, lo posicionan como un candidato cuya receta económica tiende a mirar nuevamente a los Estados Unidos como aliado principal y a reimprimir antiguas recetas neoliberales que impulsan el crecimiento económico de los grupos de poder.

Continuidad o continuismo
Al parecer en lo que sí se han puesto de acuerdo los candidatos de oposición al gobierno, es en posicionar un discurso de animadversión contra el Presidente Rafael Correa. De ahí que al candidato oficialista Lenín Moreno le corresponde defender un proceso de continuidad de las acciones favorables del gobierno y romper con aquellas que representan las acciones equívocas de la gestión. En este panorama a Jorge Glas, un ingeniero eléctrico de 46 años y actual vicepresidente, le corresponde un papel complejo en el debate político actual. El dilema es cómo sostener el enorme proceso de inversión social y estabilidad democrática de los últimos diez años (hecho nunca antes visto en la historia del país) frente a un duro escenario de recesión económica global y a graves escándalos de corrupción dentro de las áreas estratégicas como Petroecuador y la Refinería de Esmeraldas.

Durante los últimos 4 años de administración de Rafael Correa, Glas ha tenido un protagonismo como gran gestor del cambio de matriz productiva y energética ejecutando la más grande inversión hidroeléctrica en la historia del País. Sin embargo, la altísima responsabilidad que pesa sobre su gestión le ha provocado un debilitamiento sobre el control de ciertos funcionarios que han protagonizado escándalos de corrupción que manchan la labor de este joven político.  Su papel será identificar todos los indicios de corrupción y responder con el más duro rigor de la ley.

La mejor fórmula desconocida
Pasar a ser figura pública en el ámbito político es por sí mismo un descrédito, razón por la que el general Paco Moncayo ha optado por la estrategia del soldado desconocido. Su binomio es una maestra universitaria guayaquileña vinculada a ECOTEC, institución relacionada a la banca privada. No se le conoce ningún mérito social ni político así como tampoco opiniones relevantes sobre ningún aspecto de la gestión pública. Es posible que el estratega militar prefiere evitar el ataque mediático colocando un perfil que nadie conoce.

Hay un denominador común en las candidaturas de oposición y es que todos tienen sus cercanías con la banca privada y fijación con la política estadounidense. Queda preguntarse si ¿nos enfrentamos al retorno del neoliberalismo? ¿volveremos a confiar en los banqueros luego del feriado bancario? ¿pensamos que garantizando la riqueza de los grupos de poder, el país tendrá mayores posibilidades a futuro? ¿daremos paso a nuevas bases de Manta y cartas de intención? Es importante analizar la secuencia de errores electorales sucedidos este año, el triunfo del NO en Colombia, el Brexit en Reino Unido, Trump en Estados Unidos.

La campaña electoral ecuatoriana no puede basarse en el odio y la confrontación, así como tampoco en la demagogia. Hay que preguntar a nuestros candidatos: cómo, con quiénes y para quién. ¿Cómo lo va a hacer?, ¿con quiénes se juntarán? ¿para quién gobernarán? No existe estrategia inocente, así como tampoco maquillaje perfecto.

Por Victoria Flores
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