Glas, el mayor corrupto de la década


Hace cerca de un año, y a las puertas de la campaña electoral presidencial, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos divulgó, aunque con muchas reservas, que la empresa Odebrecht había pagado USD 33,5 millones en sobornos a funcionarios del Estado ecuatoriano. Aquello ocurrió en diciembre de 2016 y, desde entonces, la atracción de la opinión pública sobre el tema –el mayor escándalo de corrupción de la última décda- no hizo más que crecer, pero lo hizo con una peculiaridad: desde el primer momento se asoció el nombre del vicepresidente Jorge Glas con la trama de corrupción de la constructora brasileña.

Este elemento fue justamente el que desató la que, quizá, fue la campaña electoral más agresiva que ha visto el Ecuador desde el retorno a la democracia. La oposición había identificado el talón de Aquiles de la candidatura presidencial de PAIS, tarea que no fue para nada difícil y que se mostraba evidente. Durante la etapa de precampaña, es decir a mediados de 2016 y sin confirmar aún que Lenín Moreno sería el candidato presidencial, este gozaba de un notable 60% de aceptación según los sondeos. Sin embargo, ese porcentaje fue decayendo paulatinamente mientras se acrecentaban las certezas de que su compañero de fórmula sería Jorge Glas. Cuando se confirmó la conformación del binomio, los opositores no encontraron mejor blanco que aquel vicepresidente-candidato que era objeto de serios cuestionamientos y sospechas de estar involucrado en actos irregulares en todos los sectores estratégicos bajo su responsabilidad política y ello marcó una definición dramática de los comicios.

Al conocer los resultados de la segunda vuelta electoral y compararlos con los índices iniciales de aceptación que tenía Moreno, surgió la certeza definitiva entre diferentes analistas de que Moreno ganó pese a Glas y que este último puso en grave riesgo el triunfo de AP frente a Guillermo Lasso. El efecto negativo del poco carismático vicepresidente llegó a ser disiulado incluso desapareciéndolo a última hora de afiches y otras piezas publicitarias. Los rumores de distanciamiento entre las dos facciones agudizaron una división que ahora confronta a los defensores de la corrupción contra los impulsores de una depuración y renovación del espíritu original del proceso de la Revolución Ciudadana.

Sin embargo, las desavenencias entre Moreno y Glas comenzaron a las pocas semanas de gestión del nuevo gobierno, precisamente por las sospechas de corrupción que jamás se desvanecieron alrededor del segundo mandatario.  A las coimas de Odebrecht se fueron sumando otros escándalos que como el más conocido es muy probable se confirmen paulatinamente. La corrupción de Glas, su tío y otros involucrados se ha probado  a lo largo de varios meses en las etapas procesales que han concluido este 09 de noviembre de 2017 con la decisión de la Fiscalía de la Nación de acusar formalmente a Glas por el cargo de autor del delito de asociación ilícita, hecho que ya lo coloca en la grave situación de tener que enfrentar un juicio penal.

La vertiginosa historia se remonta a marzo de 2017, fecha en que el juez de garantías penales, Gustavo Brito, ordenó bloquear pagos por 40 millones de dólares a Odebrecht con el objetivo de garantizar una posible indemnización al Estado ecuatoriano por parte de la constructora brasileña. De allí en adelante sobrevino una serie de detenciones realizadas por Fiscalía a personajes claves en la trama. El 22 de abril, el exministro de Electricidad y Energía Renovable, Alecksey Mosquera, pasó de ser un hombre de confianza del vicepresidente convirtirse en el primer detenido por este caso debido al presunto pago de un millón de dólares por parte de Odebrecht para agilizar el trámite relacionado con la hidroeléctrica Toachi-Pilatón en su fase de ejecución.  
El 2 de junio se detuvo a seis personas, entre ellos el tío del vicepresidente Glas, Ricardo Rivera, quien, según la Fiscalía, habría recibido alrededor de 13 millones de dólares en sobornos por parte de la constructora brasileña, pero además se efectuó el allanamiento del domicilio del excontralor Carlos Pólit en la ciudad de Guayaquil. Fue entonces que el país se enteró que el funcionario en cuestión ya estaba en Miami, a donde dijo que viajó por razones de salud.

Pocos días después ocurre un hecho clave para desentrañar el caso: el 8 de junio entra en vigencia un acuerdo de cooperación penal entre la Fiscalía y Odebrecht. Este convenio permitió a las autoridades de control acceder de manera íntegra a la información y evidencia relevante que llevaría ante la justicia a las personas que intervinieron en estos delitos. Para el 20 de junio, Carlos Pólit, desde Miami, renunciaba a su cargo de contralor y, al día siguiente, es decir el 21 de junio, el vicepresidente Glas compareció voluntariamente ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional para solicitar que se haga una auditoría a sus bienes. Empezaría a escucharse del vicepresidente argumentos variopintos y desesperados que iban desde una supuesta conspiración de la restauración conservadora hasta la paranómica excusa que todo era una represalia de Odebrecht por expulsarlos el país en 2011.

El 2 de julio, el pleno de la Asamblea Nacional censuró al excontralor Carlos Pólit con 132 votos a favor y una abstención y tres días después, el 5 de julio, Jorge Glas rindió una declaración voluntaria ante la Fiscalía para, según dijo, colaborar con la justicia. Sin embargo, el 24 de julio se difunde un chat entre un funcionario de Odebrecht con Ricardo Rivera en el que se mencionan las letras 'JG', documentos que son parte de los 72 archivos entregados por Odebrecht a la Fiscalía. Para el 31 de julio, el exsecretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, acudió a la Fiscalía para rendir su versión en el caso y allí señaló que las negociaciones para el retorno  de Odebrecht a Ecuador las hacía personalmente Jorge Glas.

El 1 de agosto se conocen audios de conversaciones entre José Conceiçao Santos (representante de Odebrecht en el Ecuador) y Carlos Pólit, en los que el brasileño le confiesa al entonces contralor que Jorge Glas estaba pidiendo mucho dinero. Al día siguiente, el 2 de agosto, Jorge Glas remite una carta en la que cuestiona a Lenín Moreno y le recuerda que los dos fueron elegidos por la mayoría de los ecuatorianos en las elecciones de 2017, al tiempo de advertir que no renunciará. Como reacción a ese comunicado, el presidente Lenín Moreno le retiró mediante decreto todas las funciones que él había delegado a Glas. Esto ocurrió el 3 de agosto, exactamente el mismo día en que el diario O Globo de Brasil publicó documentos que implicaban a Glas en el caso Odebrecht y declaraciones de José Conceição Santos en las que manifestaba haber pagado por lo menos 14.1 millones de dólares de coimas entre 2012 y 2016 para el hombre que manejaba todo en los sectores de petróleo, telecomunicaciones, electricidad y mega proyectos hídricos. Santos agregó que Ricardo Rivera actuó como intermediario entre él y el vicepresidente durante esos años. Pero ahí no terminaba la revelación de documentos: el 4 de agosto se difundió el video de una reunión entre Ricardo Rivera y José Conceição Santos en una suite del Swissotel, en Quito, que correspondería al 28 de junio de 2016, según el testimonio del delator a la justicia brasileña.

El 9 de agosto, el vicepresidente Glas rindió una nueva versión en la Fiscalía y respondió 77 preguntas sobre el caso Odebrecht a la fiscal Diana Salazar quien investigaba el delito de supuesta asociación ilícita. Allí le dijo enfáticamente a la fiscal que a su tío Rivera lo ve “una vez al año, por fin de año o cumpleaños de mi madre”. Dos días después, el 11 de agosto, el exministro de Hidrocaburos, Carlos Pareja Yannuzzelli, quien estaba prófugo en los Estados Unidos, decidió regresar al país y respaldar sus acusaciones contra Glas como el orquestador de una red de corrupción que incluía Odebrecht y el sector petrolero, donde también se levantaron las alertas por las fallas en la repotenciación de la Refinería de Esmeralas y la red de corrupción que involucró a varios funcionarios como Alex Bravo y Marco Calvopiña, el del dinero escondido en el techo de su vivienda al norte de Quito.  

Para el 26 de agosto, y por pedido del propio Glas, la Asamblea autorizó que sea investigado por el presunto delito de asociación ilícita en el caso de la red de sobornos de Odebrecht, hecho que se concretó el 30 de agosto cuando el juez de la sala penal de la Corte Nacional de Justicia, Miguel Jurado, aceptó la petición del fiscal Carlos Baca Mancheno y vinculó a Glas en el caso Odebrecht, junto a otras 11 personas que ya habían sido vinculadas al proceso. Por esta razón se le prohibió salir del país. Que iba a dar la cara repetía, sin revelar que una fuga era bastante improbable al estar permanentemente custodiado por su seguridad conformada por miembros de las fuerzas del orden.

El 11 de septiembre apareció un testigo inesperado: Alfredo Alcívar, exhombre de confianza de Ricardo Rivera y trabajador de Televisión Satelital, entregó un pendrive a Fiscalía con correos entre Rivera y Glas que desmentían la versión inicial del vicepresidente acerca de su lejana y esporádica relación entre ambos. No solo que Glas sí mantenía relación con Rivera más allá de las fiestas familiares, sino que casi no movían un dedo sin consultarse el uno al otro a través de seudónimos y cuidados procedimientos de comunicación. La memoria digital entregada por Alcivar contenía 184 correos con documentos de distintos temas. Había desde informes jurídicos de instituciones hasta datos sobre Glory International, empresa investigada por recibir dinero de Odebrecht y canalizarlo desde paraísos fiscales hasta el Ecuador. Frente a esto, Glas debió admitir que sí se comunicaba con su tío mediante correos electrónicos, pero, según su versión,  para tratar asuntos personales y pedir compras de juguetes y vitaminas fuera del país.

El 28 de septiembre, vía Skype, José Conceição Santos rinde un testimonio ante la Fiscalía y confirma que Jorge Glas recibió 14 millones de Odebrecht. El brasileño señala que Glas y Rivera son hermanos siameses que se alimentan y respiran del propio cuerpo. Finalmente, el 2 de octubre, Fiscalía solicita la prisión preventiva contra Jorge Glas y Ricardo Rivera, solicitud acogida por el juez y acatada por Glas la noche de esa misma fecha.


Toda esta historia ha llegado hoy se acerca al final de una de las etapas procesales más controversiales en la historia contemporánea del Ecuador: esta mañana y tarde, la Fiscalía formuló acusación contra Glas, Rivera y otros 11 procesados en grado de autores del delito de asociación ilícita en el caso Odebrecht. Contra Rivera, Fiscalía encontró 39 elementos de convicción para acusarlo, y sobre Glas halló 28 elementos. Ahora la pelota está en la cancha de la Corte Nacional de Justicia y el juez Miguel Jurado quien deberá acoger o no esa acusación para iniciar formalmente el juicio contra el vicepresidente Jorge Glas, decidirá el curso del destino de Glas, el que se convierte hasta el momento en el mayor corrupto de la década.

Por Sergio Freire
Previous
Next Post »

4 comentarios

Write comentarios
Unknown
AUTHOR
10 de noviembre de 2017, 6:33 delete

Leo y releo y no encuentro prueba alguna fehaciente solo dimes y diretes.

Reply
avatar
Anónimo
AUTHOR
10 de noviembre de 2017, 18:39 delete

Es una vergüenza,tantos argumentos y nada concreto y dicen que Glas es el mayor corrupto. Pero la justicia deja libre a este señor José C.Santos por lógica Glas debería estar libre. Pero es claro k con solo supuestos y na da de pruebas un hombre honesto esta en la cárcel, JORGE GLAS SEÑORES ES EL MAYOR PROVEEDOR DE LAS MEHAD OBRAS JAMAS VISTAD EN EL PAIS, ESO DEBERIAN DESTACAR. Corruptos ustedes k mienten a los lectores

Reply
avatar
Anónimo
AUTHOR
11 de noviembre de 2017, 4:05 delete

Sarta de estupidos, aun dicen que Jorge Glass es inocente? Pero bueno solo son 2, ya esta bajando la cantidad de ovejunos.

Reply
avatar
Antuan77
AUTHOR
22 de noviembre de 2017, 11:42 delete

Sin pruebas solo supuestos...... este artículo obviamente es dirigido y por ultimo esta bien .. deben poner quien les financia la pagina eso es todo.... LOS SUPUESTOS NO HACEN PRUEBAS... EN EL JUICIO LA FISCALÍA DEBERÁ PROBAR LOS SUPUESTOS... y NO TIENEN NADA.... ASI O MAS CLARO!!!

Reply
avatar