Los buitres de papel hacen un nuevo sobrevuelo



El lunes pasado (9 de marzo) en Quito, aproximadamente a las 22h30, entidades de socorro reportaron un accidente de tránsito en la avenida Simón Bolívar, a la altura de Guápulo. Un vehículo Spark, de placas PCM-4477,se impactó contra un poste y su conductora, María Fernanda Luzuriaga, falleció momentos después del choque. La transitada avenida Simón Bolívar es una de las vías de más alto tráfico y con mayor incidencia de accidentes de tránsito, según datos de la Agencia Metropolitana de Tránsito.

Por su lado, ciertos periodistas y medios de comunicación han aprovechado este lamentable hecho para emitir notas tendenciosas que no pasan de ser especulaciones burdas y, al parecer, cargadas de mala fe con el fin de generar suspicacias, olvidando el dolor que puede ocacionar la pérdida de una persona a cualquier familia. A continuación algunos ejemplos: Titular diario La Hora: “Muere denunciante del caso Cofiec. Tuit de Janet Hinostroza: Ex Presidenta de Cofiec, quien denunció caso Duzac muere en accidente de tránsito, a una semana de iniciado el juicio por robo en Cofiec. Titular diario El Comercio: Conmoción por expresidenta de Cofiec fallecida. Vaya amarillismo!

Qué motivo tienen ciertos periodistas para dar cobertura particularmente sanguinaria a este accidente de tránsito a diferencia de otros? la mujer fallecida fue ex presidenta ejecutiva del banco Cofiec y denunciante en el caso Duzac.


Lo que aquí se afirma no carece de sustento, está publicado en las páginas de “medios de comunicación”. Son varios los artículos intitulados con frases insidiosas y enfoques tendenciosos que predisponen a los lectores a vincular elementos exógenos con un hecho doloroso y aprovecharse del drama que vive ahora una familia, para cosechar quién sabe qué animadversiones políticas y con qué intención, sin antes confirmar las particularidades técnicas y periciales que las autoridades encargadas deben hacer sobre este accidente de tránsito.

Como ciudadanía exhortamos a los medios de comunicación a corregir su forma de actuar y de procesar la información que manejan y que la proveen al público, y que lo hagan con la seriedad, mesura, objetividad y respeto que este lamentable hecho merece. Exigimos a ciertos periodistas inescrupulosos respetar la privacidad y tener al menos un ápice de humanidad con los familiares afectados, y les recordamos a ciertos medios que uno de los principios deontológicos del periodismo es el proporcionar información objetiva e imparcial, y no caer en el sensacionalismo. 
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