La población ecuatoriana está conformada en su mayoría por jóvenes y es justamente este segmento uno de los más afectados en términos de desempleo.
De 357.892 desempleados en el Ecuador, 140 mil son jóvenes. De ellos un 35,5% lleva más de un año buscando trabajo. Esto a pesar de que, de acuerdo al INEC, un 65,78% de la población en edad de trabajar se encuentra económicamente activa.
En base a estas cifras el Gobierno Nacional promueve una política laboral que incluye la figura de contrato juvenil para personas entre 18 y 24 años. En consecuencia la reforma laboral busca generar plazas de trabajo para jóvenes sin que esto implique la reducción de nómina de las empresas. Es decir, la reforma está concebida de tal forma que la contratación juvenil no sea un factor del cual las empresas se valgan para suplir a un trabajador.
En estos contratos, el Estado cubrirá el aporte a la Seguridad Social de hasta dos salarios básicos unificados y el número de contratados bajo este régimen no podrá superar el 20% de la nómina estable de trabajadores de cada empresa. Como condición el empleador deberá garantizar la permanencia de estos nuevos contratados por lo menos por un año.
De acuerdo a la OIT, el desempleo juvenil afecta a todo el mundo y existen más de 75 millones de jóvenes en situación de desempleo o con dificultades para ingresar al mercado laboral. La crisis económica ha afectado este segmento poblacional principalmente en Europa, continente en el que España y Grecia tienen las tasas más altas de desempleo juvenil.
Sebastián Hidalgo
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