¿FEF, más de lo mismo?


El lunes 7 de marzo de 2016 no fue un día cualquiera, las redes sociales se inundaron de una noticia que para muchos era el tan esperado cambio que desde hace décadas necesitaba el fútbol ecuatoriano. Luis Chiriboga Acosta por fin puso su renuncia a la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), luego de cumplir tres meses de arresto domiciliario por supuesto lavado de activos.

Las especulaciones sobre la falta de transparencia del máximo dirigente de la FEF nunca se pudieron certificar legalmente en las casi dos décadas que  estuvo a cargo, sin embargo, como todo tiene un final, en el 2015 el directivo fue incluído en el informe de la Fiscalía de Estados Unidos por participar en el mayor escándalo de corrupción que ha vivido el fútbol mundial en los últimos 50 años, confirmando así las sospechas de sus miles de críticos. 

A eso se sumó la difusión en medios de comunicación del informe de la Unidad de Análisis Financiero (UAF), que certificaba las irregularidades de la gestión del riobambeño, creando desconcierto e indignación en la ciudadanía al conocer los cientos de miles de dólares injustificados que manejaban Chiriboga, Francisco Acosta (secretario de la FEF) y Vinicio Luna (director de logística). Asimismo la justicia ecuatoriana, extendió órdenes de detención contra el tesorero Hugo Mora y el contador Pedro Vera, con el objetivo de realizar una investigación por los dineros que se manejaron internamente. Al parecer se suman más cómplices del libertinaje perverso de la FEF. 
  
La credibilidad del fútbol ecuatoriano se ha visto empañada por estos actos dañinos al verdadero significado que debe tener este deporte y su organización. El fútbol nacional necesita un verdadero cambio radical para mejorar las estructuras de la institución y eliminar ese modelo caduco clientelar donde se pagaban lealtades por favores.

Este gran problema pudo significar una nueva era para el fútbol ecuatoriano si se buscaba una reorganización total de la FEF, pero al designar como presidente de la institución a Carlos Villacís, quien fuera vicepresidente de Chiriboga durante 18 años cabe preguntarse ¿Existe un verdadero cambio de administración? ¿Continuará la misma línea ideológica que Chiriboga? ¿Resolverá el verdadero problema institucional? Cuestionamientos que sin duda generan preocupación ya que continúan al mando las personas del mismo círculo y que fueron parte de esa organización a la que tanto se ha criticado.

Pienso que si bien la actividad del fútbol es de carácter privado, existe  una legislación vigente dentro de los Estados a la que deberían estar sujetos a fin de que se constituya un verdadero espacio para el impulso al deporte y el bienestar de todos los miembros de la federación, aunque sabemos que el fútbol recoge un sinnúmero de intereses pues su influencia social superó hace mucho tiempo el ámbito de lo meramente deportivo. 

A Chiriboga se lo recordará no por las hazañas que logró con el fútbol de Ecuador como el clasificar por primera vez a un mundial, sino como un dirigente que utilizó a la FEF como su fuente de recursos para manejarlos a su antojo. Los aficionados estamos pendientes del ejercicio de la nueva administración para ser los jueces sobre el verdadero trabajo que debe plantearse la organización como por ejemplo: recuperar la imagen del fútbol nacional, solucionar la crisis económica de varios clubes, proponer un nuevo modelo de gestión y sobre todo reconstruir la institucionalidad.  

Por Juan Andrés López 




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1 comentarios:

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28 de marzo de 2016, 21:19 delete

OJALÁ QUE MI COMPAÑERO DE COLEGIO Y AMIGO NARANJO CAMBIE RADICALMENTE EL RUMBO QUE LE DIO "SAN CHIRI", PUES LA ÉTICA MANDABA A RENUNCIAR A TODOS.

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