Se cumplen 30 días del terremoto


Ha pasado un mes desde que un devastador terremoto de 7.8 azotó la costa ecuatoriana dejando ciudades destruidas, víctimas mortales y miles de damnificados en las provincias de Manabí y Esmeraldas especialmente. Las acciones de ayuda por parte del gobierno, organismos internacionales y una inesperada y espontánea solidaridad de cientos de ciudadanos durante este mes han sido permanentes y de vital importancia. Hacemos un recuento de las acciones más destacadas a treinta días de una de las peores catástrofes naturales que ha tenido el Ecuador en los últimos setenta años. 

Estado de excepción 

El día del terremoto el Presidente de la República, Rafael Correa se encontraba en el Vaticano por una invitación para dar una conferencia con motivo del 25 aniversario de la encíclica de Juan Pablo II “Centesimus Annus”, que tuvo lugar el día anterior al terremoto. De inmediato el Presidente retornó al país pero no estuvo en suelo ecuatoriano hasta 24 horas después del suceso. Sin embargo, enseguida se activó el sistema del COE (Centro de Operaciones de Emergencia) que se pone en acción con las autoridades locales y todos los organismos de seguridad (policía, bomberos, FF. AA, Secretaría de Gestión de Riesgos, entre otros).  

Al conocer la magnitud del desastre, el Presidente dispuso el Estado de excepción por sesenta días a partir del 16 de abril. Este decreto rige para las provincias de Los Ríos, Santa Elena, Guayas, El Oro y las más afectadas Manabí y Esmeraldas.  El objetivo es que tanto las autoridades de los GADs locales y del Gobierno Central, así como todos los organismos de control coordinen esfuerzos para mitigar el desastre natural. Así mismo, mediante este decreto se ordenó al Ministerio de Finanzas que sitúe los fondos públicos con prioridad para atender esta situación (salvo los fondos para educación y salud que son inamovibles). Con esta acción empezaron la movilización de recursos hacia las zonas más afectadas. 

Rescate en acción

En primer lugar se ejecutaron las actividades del post desastre, que tiene que ver con el rescatar la mayor cantidad de personas con vida por un lado y por otro poner a buen resguardo a los sobrevivientes.

Ambas acciones se realizaron de manera paralela. Los primeros en realizar su trabajo fueron los equipos de rescate.  Cerca de 1.000 rescatistas provenientes de varias ciudades del país y de más 14 países llegaron hasta los lugares más devastados en busca de signos de vida.  Pasadas las 72 horas se habían logrado rescatar 113 personas con vida de entre las toneladas de escombros y luego de una semana ya estaban cómodamente instalados en albergues los cerca de 28.900 damnificados que han optado por acogerse en estos lugares.  

Se atendieron cerca de 4.000 emergencias médicas en hospitales móviles y los heridos más graves fueron trasladados a Quito y Guayaquil recibiendo atención inmediata. Así mismo las brigadas médicas han atendido 190.364 personas con lesiones y afecciones menores.

Albergues y donaciones

La vorágine solidaria de los primeros días que vino de todos los sectores de la sociedad civil no tiene parangón. Miles de personas no solo que se apostaron al día siguiente en los centros de acopio ayudando a organizar las donaciones, sino que empezaron una verdadera cruzada por conseguir víveres, comida, vestimenta y enviarla lo antes posible para las zonas afectadas. Muchos emprendieron el viaje solos. Empresas, instituciones y los organismos estatales se organizaron para recaudar todo lo que pudieran.

Aunque en un mes las donaciones fueron menguando, siguen todavía las acciones de ciudadanos emprendedores con el único espíritu de seguir en la cruzada de solidaridad. 

El trabajo aquí si bien se coordinó con el gobierno central, se contó con importante apoyo de organismos internacionales e instituciones privadas. Cientos de carpas, hospitales móviles y albergues temporales se adecuaron los primeros días. Hoy cerca de 28.900 personas siguen en los albergues temporales, donde tienen tres comidas diarias, agua, luz, lugares donde dormir y atención en salud permanente, así como seguridad. 

Por otra parte se ha implementado el programa Familias acogientes que busca que quienes tengan las condiciones de albergar por un lapso de hasta seis meses una familia, pueda hacerlo y recibir a cambio un bono de $135 mensuales. Otra opción son los bonos de alimentación por tres meses de $100 mensuales,  y bonos para alquiler por $135 mensuales durante seis meses. 

Voluntariado

Decenas de personas ávidas por ayudar llegaron hasta Pedernales, Jama y otras localidades con la esperanza de poder poner su granito de arena para rescatar personas con vida;  sin embargo, lograron crear un problema paralelo para quienes se encontraban entrenados y con el equipamiento necesario para realizar estas labores. El escenario que se encontraron evidentemente era desolador, el trabajo constante para rescatar sobrevivientes bajo los escombros y entre otros cadáveres no fue la mejor situación con la que se encontraron. 

Fue tal el incentivo por ir a ayudar a los damnificados que el Ministerio de Trabajo abrió un portal para registro de voluntarios para quienes quieran alistarse, así como dar cursos de capacitación en temas de voluntariado. Hasta la fecha se han registrado 57.481 voluntarios, de los cuales 14.870 están activos hasta estos días. Con esto se logró realizar una labor más organizada por parte del gobierno central. Los funcionarios públicos voluntarios tienen un permiso especial, pero deben trasladarse con recursos propios. 

El voluntariado también sigue presente con iniciativas privadas y organismos no gubernamentales, que han llegado hasta las zonas afectadas para ayudar con la remoción de escombros,  reconstrucción y diversas labores logísticas en los albergues y centros de acopio.  Toda ayuda en estos momentos es bienvenida. 

Plan de reconstrucción 

Si bien es cierto, se logró estabilizar la dotación de agua y luz, así como el envío de víveres para todos los damnificados, los albergues son temporales y urge dar soluciones a mediano y largo plazo.
Una segunda etapa aquí tiene que ver con la reconstrucción de infraestructura tanto pública como privada, así como acciones para reactivar la economía y las actividades diarias de las poblaciones afectadas. 

El presidente Rafael Correa, mediante decreto ejecutivo No. 1004, creó el pasado 30 de abril, el comité que estará al frente de la reconstrucción de Manabí y el sur de Esmeraldas. El vicepresidente Jorge Glas encabeza el organismo en calidad de representante del Primer Mandatario. Junto a él están los ministros coordinadores (excepto del de Talento Humano); el prefecto de Manabí, Mariano Zambrano y dos alcaldes de esta provincia.


Asisten también los sectores productivos y existe un delegado de las cámaras de Manabí y otro de los pequeños comerciantes de la provincia. 

De acuerdo al artículo 3, el comité coordinará con los actores públicos y privados, nacionales e internacionales, los planes, programas y proyectos para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto.

El vicepresidente dirigirá los programas, políticas y proyectos del plan de reconstrucción. Además conformará equipos intersectoriales para la atención especializada o proyectos específicos. 

En la primera etapa que se ha venido ejecutando este mes, fue la de rescate, salud, alimentación, albergues, remoción de escombros y demolición de edificios dañados. Estos trabajos están siendo liderados por el Ministerio Coordinador de Seguridad.


La segunda etapa será la de reconstrucción, en la que se levantará la infraestructura pública afectada, se rehabilitarán los servicios públicos y se construirán viviendas. En estos momentos ya se están efectuando estudios de suelo y de costos para esta etapa donde adicionalmente se prevé que la reconstrucción cumpla con las normas adecuadas para evitar que un desastre de esta magnitud vuelva a tener iguales consecuencias. Si las edificaciones hubieran sido construidas siguiendo las normas de construcción se hubieran evitado decenas de víctimas fatales y los daños materiales así mismo serían menores. 

La tercera etapa es la reactivación productiva. Aquí se incluye la ejecución de planes, programas, políticas y regulaciones productivas, además de incentivar el empleo local y el financiamiento para las zonas afectadas. El responsable de esta etapa será el Ministerio Coordinador de la Producción. 

El Comité cuenta con una secretaría técnica (recientemente creada) adscrita a la Vicepresidencia de la República. Sus tareas son: sistematizar el trabajo, realizar el seguimiento de las obras y coordinar intersectorialmente las necesidades logísticas.


El Ministerio de Finanzas por su parte ha creado una cuenta específica en el Presupuesto General del Estado para la reconstrucción. Allí irán los fondos nacionales e internacionales dedicados a este rubro, que hasta la fecha sumados los préstamos y fondos llegan a cerca de 1.000 millones de dólares.

Educación

Uno de los temas importantes ha sido que los niños y jóvenes vuelvan a la cotidianidad lo antes posible, por lo tanto se procuró que el año lectivo en la costa empiece en la fecha acordada, y aunque existen escuelas afectadas, aquellas que se encuentran en óptimas condiciones están teniendo dos turnos (matutino y vespertino). El ministerio del ramo, ha previsto organizar talleres para profesores y alumnos que aún no empiezan el año escolar.  Los niños y jóvenes han ido paulatinamente retomando la cotidianidad desde el 9 de mayo pasado.  

Ley de solidaridad

A pesar de que el gobierno logró obtener un importante financiamiento por parte de organismos multilaterales, la afectación es de tal magnitud que se requiere un esfuerzo por parte de todo el país para lograr reconstruir no solo las edificaciones y servicios afectados sino el tejido social y el aparato productivo de las zonas devastadas. Debido a ello, el ejecutivo propuso un paquete de medidas que se agruparon en la Ley de solidaridad y que fueron aprobadas por la Asamblea Nacional la semana pasada. Estas medias son: Subida de 2 puntos al IVA por un año, un día de sueldo a quienes ganen más de $1.000 mensuales de acuerdo a una tabla, un impuesto al patrimonio personal que supere un millón de dólares de 0.9% y otro de un 3 por ciento a la utilidad de las empresas por una única vez. 

Con estas medidas impositivas se estima recaudar alrededor de $1.700 que serán destinados para la reconstrucción y reactivación económica de Manabí y sur de Esmeraldas. En las dos provincias afectadas no se aplicarán estas medidas. 

Por el momento siguen los trabajos de remoción de escombros y en algunas zonas ya se han iniciado trabajos de reconstrucción de viviendas, como las que está impulsado el ex Vicepresidente y delegado especial de Naciones Unidas para personas con discapacidad Lenin Moreno, quien logró recaudar fondos para la construcción de 394 viviendas adecuadas para personas con discapacidad que perdieron sus hogares en 10 cantones de la provincia de Manabí.

Así mismo se han resuelto una serie de acuerdos para condonar deudas bancarias, dar nuevos créditos para inversión y reactivación de pequeños y medianos empresarios a fin de que las actividades productivas vuelvan a su curso normal lo antes posible. 

Son cientos de acciones que se están realizando desde todos los sectores a fin de que vuelva a la normalidad la vida de las miles de personas afectadas, sin embargo es un tema que no se solventará en unos pocos meses, la labor es ardua y permanente, la solidaridad mostrada por todos los ecuatorianos ha sido increíble, pero debe ser de largo aliento, porque el impacto del desastre natural tomará un buen tiempo hasta que se logre mitigar por completo. 

Hoy en la nueva Pedernales, flamea la bandera más grande del país, como símbolo del gran espíritu de lucha y de la capacidad de este pueblo para levantarse frente a la desgracia. Hoy todo el Ecuador sabe que tiene un pueblo que ha sabido unirse sin distinción de credos y con la firme convicción  de que juntos podemos más.

Dolores Cevallos
Previous
Next Post »